El lunes nuestro equipo fue a Apoyate en Mí, donde conocimos al director de la escuela (¡y a mucho más!) Giuseppe Teruel. Giuseppe fundó la escuela en 2005, con una matrícula inicial de solo 5 estudiantes. El día que la visitamos, había 300 estudiantes en su programa K-12. Las escuelas públicas guatemaltecas solo funcionan desde el jardín de infantes hasta el sexto grado. Después del sexto grado, las familias deben pagar la educación secundaria privada. La mayoría de las veces, la educación de un niño simplemente termina alrededor de su cumpleaños número 12, y las perspectivas para el futuro son sombrías.
Esto alimenta una gran cantidad de problemas sociales, entre ellos la pobreza y las adicciones. El trabajo de Giuseppe busca abordar estos desafíos de frente, formando una generación de guatemaltecos que estén preparados para ser agentes de cambio para el futuro. Su declaración de visión dice:
Ser para nuestros estudiantes el lugar donde puedan aprender a expresarse, sentir y pensar libremente en un ambiente de seguridad y felicidad, y de esta manera descubrir el propósito que Dios tiene para sus vidas, llevando a cabo una educación de alto nivel así como en principios y valores, brindando la oportunidad de crecer.
Y esto es exactamente lo que vimos. La escuela ofrece oportunidades educativas avanzadas en un ambiente escolar maravillosamente enriquecedor. Proporcionan atención integral que incluye comida, ropa, habilidades laborales y ministerio humanitario a los estudiantes y sus familias. En el corazón de la misión de Giuseppe está la remodelación de la identidad. Reconoce que no se puede elegir la historia de su nacimiento, pero incluso un niño de la calle de los barrios bajos puede descansar seguro como hijo de Dios, preparado para trabajar en Su reino. A medida que íbamos de aula en aula, estaba muy claro que este es un lugar donde abunda la alegría.
En verdad, me quedé pensando qué podría ofrecer nuestro equipo en comparación. La respuesta fue simple. Aunque el programa era el mismo en cada sitio del ministerio, los estudiantes de Apoyate en Mí no eran ajenos al evangelio. Sabían de primera mano que es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Nuestras conversaciones y canciones de adoración compartidas fueron fuentes de aliento y compañerismo.
Fue aquí, en Apoyate, que sentí la confirmación del Espíritu para nuestro llamado al ministerio en Guatemala, y el Señor fue tan misericordioso al comenzar a prepararme en ese mismo momento.
En este lugar vimos cómo la obediencia de un hombre está construyendo un legado. El alcance de la obra es inmenso, y también lo es el costo. Giuseppe ha confiado en el Señor para todas sus necesidades financieras, y el Señor ha provisto. Una de las formas en que lo ha hecho es mediante la inscripción de estudiantes que pagan la matrícula. Los graduados de Apoyate pagan para enviar a sus hijos, y a menudo los estudiantes regresan como maestros. Un maestro me dijo que una vez que llegas, nunca quieres irte. Después de solo un día, ¡entendí y estuve completamente de acuerdo! Nuestros corazones esperan con alegría el día en que podamos caminar junto a compañeros de ministerio como Giuseppe.
Mientras nos preparamos y avanzamos, nuestra mayor necesidad son socios que oren con nosotros y brinden apoyo financiero para la obra que Dios está haciendo en Guatemala. Si está interesado en ser un colaborador mientras llevamos a cabo la Gran Comisión, visite nuestra página de donaciones .
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